Facilitar espacios no mixtos con hombres
Involucrar a los hombres en un proyecto de emancipación de las mujeres permite a éstas recibir el apoyo de su entorno (maridos, padres, hermanos, hijos, vecinos, etc.), y así no estar bloqueadas por sus pares masculinos, y eso favorece su proceso de emancipación.
Como facilitador o formador, es importante trabajar su postura para facilitar el proceso de deconstrucción de las masculinidades tradicionales y promover un comportamiento equitativo entre hombres y mujeres. Descubrirá algunos consejos prácticos sobre cómo
avanzar hacia una postura de facilitador para trabajar las masculinidades igualitarias en espacios con hombres.
ESPACIOS NO MIXTOS
Para empezar, es esencial trabajar con un grupo no mixto, es decir, reunir a un grupo exclusivamente compuesto por hombres. Es preferible que el facilitador también sea un hombre. Si hay mujeres presentes, es posible que los hombres no se expresen con naturalidad y limiten su participación. También es preferible que el facilitador sea um miembro de la misma comunidad que los participantes,, ya que siempre es más fácil hablar
con sus pares.
OFRECER ALGO MÁS QUE FORMACIÓN
Para conseguir que los hombres quieran participar, puede proponerles una actividad que les guste o que estén acostumbrados a hacer : hacer deporte juntos, organizar un torneo de fútbol interbarrios, reunirse en un café para hablar de política, etc. Esta actividad puede permitir reunirlos y es un pretexto para empezar a hablar de la realidad que viven estos hombres, pero también de las mujeres de su entorno.
CREAR UNA RELACIÓN ESTRECHA Y HORIZONTAL CON LOS HOMBRES
- El papel del facilitador es acompañar el debate y la reflexión, no transmitir conocimientos. Cuanto más se acerque el facilitador a los participantes, más podrá
contribuir horizontalmente a los intercambios. Es a través de estas relaciones y del intercambio, que se desarrollarán nuevas prácticas.
- Puede utilizar un lenguaje accesible, más cercano a la forma de expresarse de los participantes. Esto ayudará a los hombres a hablar con más confianza, como lo harían con sus amigos en la calle.
- Evitar una relación de dominación y favorecer el respeto mutuo permitirá compartir en pie de igualdad. Para ello, es importante escuchar a los hombres y cederles la palabra, en lugar de que el facilitador la monopolice. Estos espacios suelen llamarse círculos de escucha o círculos de conversación.
- Y por último, ¡el papel de conferenciante sobre el machismo no funciona !
Para conocer otras buenas prácticas, descárguese la hoja que encontrará a continuación o en la columna de la derecha.